¡Detuvieron a Rubén Patagonia!

La llamada nos dejó atónitos. Rubén Patagonia amotinado luego de dar un recital en el acto de No a la Décima Mina Contaminante. En la redacción nadie puede creerlo. Enseguida salen un cronista y un fotógrafo a cubrir la novedad. El fotógrafo no llega a tiempo porque se le pincha la bicicleta, pero igualmente Comodoreta estará presente en el lugar de los hechos.

Y es así. Llega nuestro compañero, pregunta qué pasó, le responden que mire y que se va a dar cuenta, mira y pregunta de nuevo y le responden lo mismo. Eso no lo detiene. Escucha un grito. Es Rubén Patagonia detrás de una pila de parlantes:

Rubén Patagonia: No me van a llevar. Sepan que no me van a llevar. Y, si me llevan, sepa que esto no va a quedar así.

La imponente voz del cantante nos conmueve a todos. Mejor dicho, a casi todos, porque la fuerza policial parece no inmutarse.

Nuestro cronista se acerca al jefe (un sargento o algo así) y le dice:

Rubén Patagonia

Comodoreta: Loco, ¿qué te pasa? Es Rubén Patagonia. ¿Por qué lo quieren llevar?

El sargento o algo así responde:

Sargento o algo así: Por subversivo, anarquista y disolvente.

C: ¡Qué decís!

El policía lo mira con sorna:

Sargento o algo así: ¡Cómo se nota que no tenés idea de la vida! ¿No escuchaste la canción que canta como un himno, “Amutuy Soledad”? Fijáte la frase: “Amutuy, Soledad, que mi hermano me arrincona si piedad, vámonos que el alambre y el fiscal pueden más”. ¿Te parece poco?

C: Y… mucho no es…

Sargento o algo así: Cuidáte, pendejo. Te vamos a llevar a vos también.

Rubén Patagonia: Me quieren meter preso porque condeno la persecución que sufren mis paisanos por estos tipos que tienen el poder y que dejaron que las empresas mineras se adueñaran de todo y lo contaminaran.

El policía mira sarcástico a nuestro cronista. Nuestro cronista mira a la gente que está ahí. La gente que está ahí se mira entre sí, confundida. Tantas miradas para tanto drama.

Se escucha el repiqueteo de una veintena de botines que se acerca.

Sargento de policía o algo así: Estos maricones… Siempre tarde…

Es la Gendarmería. Nuestro cronista teme lo peor para Rubén Patagonia.

Jefe de la Gendarmería: ¡Patagonia, entregáte o te hacemos puré!

Rubén Patagonia: ¡Eso es lo que hace el gobierno con la Patagonia! ¡Lo dijiste vos mismo! ¿Entendés?

El jefe de la Gendarmería mirá desconcertado al sargento de policía o algo así. Este le devuelve una mirada similar. Los dos hacen gestos a su subordinados y todos ellos van corriendo hacia el sitio en el que el cantante se parapeta. O se parapetaba, mejor dicho, porque los uniformados lo sacan a la fuerza.

Nuestro cronista intenta acercarse a Rubén Patagonia, pero el sargento de policía o algo así le hace una zancadilla, al estilo del mejor Mostaza Merlo. Cuando consigue incorporarse, ve lo que no quisiera haber visto nunca: un defensor de la vida preso por decir la verdad.

Rubén Patagonia: Sepan que me podrán meter preso, pero esto no termina acá. Si se calla el cantor, calla la vida, porque la vida, la vida misma es todo un canto. Si se calla el cantor, mueren de espanto la esperanza, la luz y la alegría.

La voz del gigante tehuelche resuena en el alma de todos los presentes. Bueno, en la de casi todos.

Antes de irnos intentamos averiguar cuál va a ser su paradero. No nos dan precisiones. Sin embargo, fuentes bien informadas del Poder Judicial deslizaron el rumor de que sería trasladado a la Cárcel de Máxima de Seguridad de Gan Gan. Ya sabemos lo que eso significa. Es la prisión que se construyó encima del repositorio nuclear.

Tenés razón, Rubén, “ahí están festejando los del sable y la cruz”. Pero ningún esfuerzo es en vano. Ninguna canción, cuando es cantada con el corazón, queda en el vacío.

Fecha: jueves 14 de abril de 2017